jueves, 10 de febrero de 2011

Conversación

Hace un par de días hablé por primera vez con Yogui Quevedo, el hermano de María Luisa, la chica asesinada en Saenz Peña (Chaco), el 8 de diciembre de 1983. Hablamos por teléfono. Lo llamé a un número de celular.

Acá hacía unos 27° y allá cerca de 40°. Me hablaba desde afuera de la casa, supongo que estaba en la vereda, por eso a veces la comunicación -de por sí baja- se perdía o se interrumpía porque Yogui saludaba a una vecina o a un conocido que pasaba por la calle.

Es un hombre amable, de unos 50 años según mis cuentas. Pese a su amabilidad, Yogui no parece sumiso, al contrario: se nota que es un tipo que no se calla nada, que no se cansa de pelear contra la justicia... en realidad, contra la injusticia, contra los jueces que nunca movieron un dedo para aclarar el asesinato de María Luisa.

Tenemos mucho para conversar, me dice. Y yo le creo y espero el momento de estar frente a frente, bajo el sol abrasador del Chaco.

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