jueves, 1 de marzo de 2012

En su librería amiga


¿Qué es una escritora madura? ¿Qué es una escritura consumada? Estas preguntas adquieren un nuevo sentido cuando hablamos de una primera novela: el sentido de la originalidad, de lo inesperado, de lo asombroso. El viento que arrasa convierte esas palabras en elogios, en una descripción ajustada de lo que su prosa expresa. Una escritura firme, segura, potente y, quizá por eso, profundamente poética. Un reverendo y su hija de viaje por el Chaco, en un clima de conflictos y tormentas, diálogos filosos y locura solapada. Casi cinematográfica, El viento que arrasa es una novela en la que los personajes son nítidos, corpóreos, se escuchan sus voces, sus modos. Y los del paisaje: el monte, el sol, los árboles achaparrados, los autos rotos, las camisas transpiradas y las vidas destruidas.