viernes, 21 de diciembre de 2007

Presentación

Laiseca



Pandolfelli/Alche/Millán


Los amigos





Lai dice que. Fragmentos de su texto de presentación.

"Decir que este libro está bien escrito es insultarlo. Tiene profundidad. La profundidad que da el genio y no el talento, cosa poco frecuente en literatura.
Hay una leyenda en poesía: que es de mal gusto interpretarla. Tal vez así sea, pero sólo desde que se perdió el interés por el color y la forma. ¿No podemos decir por qué es bello Venus y Adonis, de William Shakespeare? Sí, podemos. Porque es propio de la obra de buen arte que nos permita hablar bellamente sobre ella. Lo que tiene expresión nos permite expresarnos. Es el mal arte aquello de lo que no debería hablarse. Hoy estamos rodeados por gente misteriosa que se enfurece si uno le pregunta: "¿Qué quiso decir usted aquí?" Que me perdonen pero desconfío de los misterios chasco que suelen ocultar la cosa mal hecha. [...]
Sabemos que así como ciertas mujeres quedan completamente embarazadas, muchas personas excéntricas se mueren pá siempre. El libro empieza justo así: con un funeral. ¿Qué puede ser más estimulante que un hermoso cadáver? Buenos auspicios.
Niño Valor y la protagonista, que son dos chicos, se asoman para ver el interior del féretro: "... temerosos de que el menor movimiento fuese a derramar la muerte y nos salpicase los zapatos nuevos, los zoquetes blancos, las ropas de cumpleaños". Y en otro lado: "Nada excitaba tanto su generosidad de jardineras (habla de unas viejas arpías que por allí pululan) que un velorio en ciernes". "Una tensión erótica atravesaba el aire como ocurre siempre en la desgracia." "Al lado mío Niño Valor dormía con las ropas puestas. Nos vi en el espejo grande del ropero: en la cama doble parecíamos un matrimonio de enanos." "Y la muerte era esto."
¿Querrá decir Selva Almada que la muerte es un matrimonio de enanos? Me parece que sí y en ese caso tiene razón.
A la autora ya de chica le venía la vaina de hacer relaciones extrañas. [...]
Los niños, cuando son geniales, encuentran relaciones excéntricas entre las cosas. Esto es porque, sin saberlo, se están preparando para su genio del futuro. Esta misma obra, por ejemplo. Aquí hay belleza, contorno nítido y expresión vigorosa.
Selva Almada es una mujer. Pero una mujer militar. Niña Valor. Peleadora la chica. Con justa razón se ligó sus buenos chancletazos.
La autora tiene un lenguaje riquísimo, cosa que puede verificarse en la parte de las flores (pág. 64), o en la del tesoro (pág. 123 y 124). Una verdadera maravilla. Sin embargo a veces tiene giros pueblerinos, como parte del rescate. [...] Por supuesto no es la primera vez que un autor rescata modismos regionales. Lo notable y luminoso es que, a pesar de estar todo narrado en primera persona, convive el lenguaje cultísimo con el decir de los pueblos del interior. De lo uno se pasa a lo otro sin esfuerzo y sin solución de continuidad. [...]
Con Una chica de provincia estamos ante un libro fresco y maravilloso. La riqueza es tan variada, tan de suprema calidad, que a su autora dan ganas de decirle: "Selva, por favor escriba algo feo, para variar, porque en usted la belleza ya constituye plaga. Una especie de vicio". [...]
Que sea una provinciana vaya y pase. Pero lo que jamás le perdonaré a Selva Almada es que no sea de Camilo Aldao. Como yo."