
miércoles, 23 de noviembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Nueva antología
Cuentos de Selva Almada, Clara Anich, Javier Sinay, Patricia Suarez, Fernanda Nicolini, Pía Bouzas, Alejandra Zina, Lionel Giacometto, Celia Dosio, Julián Gorodischer, Emanuel Alegre, Tito Arrúa, Antonela de Alva y Juan Guinot.
Viernes 18 de noviembre en La libre [Bolívar 646], 19.00
Lecturas + vino + empanadas
Precio promocional del libro $35
jueves, 10 de noviembre de 2011
Noche de los museos
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Prólogo al libro de Jorge Hardmeier

Los relatos de Arquitectura antigua son una rara avis en el horizonte de la llamada NNA o nueva narrativa argentina: historias donde la anécdota, lo que sucede, el qué importa poco y lo que en realidad tiene peso y densidad es cómo pasa lo que pasa. Esto se logra a partir de escenarios cuidadosa y hasta obsesivamente descriptos, y de atmósferas extrañas –extrañadas- que envuelven a los personajes, los desaparecen, los reaparecen. Diría que en la mayoría de los relatos los personajes son tan solo una circunstancia que se nombra genéricamente –el hombre o la mujer- o echando mano de una letra, de cualquiera, caprichosamente; una circunstancia o la simple excusa para tejer alrededor de ellos todo lo demás, un capullo intrincado que oculta el pequeño corazón de cada relato.
En uno –que me recordó a los cuentos japoneses de fantasmas-, el narrador repite varias veces a lo largo de la historia: “Lo que puede ser mostrado, no puede ser dicho”, y esta frase o esta idea, en cierto modo, atraviesa todo el libro: se muestra para no decir, se muestra algo para ocultar otra cosa y es el lector quien debe reponer lo que falta, descubrir lo que se esconde.
Y en estos tiempos en los que los lectores engordamos de tanta literatura pre-cocida, se agradece que nos pongan en movimiento y nos hagan trabajar un poco.
En uno –que me recordó a los cuentos japoneses de fantasmas-, el narrador repite varias veces a lo largo de la historia: “Lo que puede ser mostrado, no puede ser dicho”, y esta frase o esta idea, en cierto modo, atraviesa todo el libro: se muestra para no decir, se muestra algo para ocultar otra cosa y es el lector quien debe reponer lo que falta, descubrir lo que se esconde.
Y en estos tiempos en los que los lectores engordamos de tanta literatura pre-cocida, se agradece que nos pongan en movimiento y nos hagan trabajar un poco.
Selva Almada
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