Estaba despidiendo al chofer del camión jaula que había venido a llevarse una carga de pollos cuando la vio a su mujer hablando con Tonio, su hermano menor.
Verónica tenía a la criatura encajada en la cadera, la musculosa y el shorcito le dejaban medio cuerpo al aire. Habría llegado mientras él estaba en los galpones cazando pollos. ¿Ya se le habría pasado la bronca? Ayer los dos habían peleado y ella había agarrado el nene y la camioneta y se había mandado a mudar a lo de su madre. Cuando pasó a su lado le gritó que no pensaba ir a buscarla de nuevo y otras cuantas cosas que el ruido del motor le habrá impedido escuchar. Por suerte, porque se arrepintió enseguida. Él a Vero la quiere, pero ella lo saca de las casillas dos por tres. (Leer relato completo)